En 2020, 158 millones de niños y adolescentes sufrían obesidad en el mundo. Sin embargo, se espera que en 2030 esta cifra aumente hasta los 254 millones
En España, el 18,6% de los niños de 5 a 9 años y el 11,6% de los niños de 10 a 19 años serán obesos en 2030, según el atlas mundial de la obesidad infantil realizado por worldobesity.org.
Existen muchos estudios que nos alertan sobre esta situación y recomiendan las acciones a tomar para frenar esta forma de consumir que afecta a la salud del futuro niño desde edades muy tempranas.
¿Por qué llegan los niños a ser obesos?
Hay muchos factores condicionantes, no soy experta para valorar aspectos genéticos ni metabólicos del lactante para desarrollar una tendencia a la obesidad.
Aparecen en muchos estudios la influencia de la alimentación tanto de la madre como del lactante durante los 1.000 primeros días (incluyendo la gestación) porque afecta al desarrollo de la microbiota intestinal y me parece interesante destacar esto para tenerlo en cuenta.
También existen correlaciones con la ingesta calórica de los niños y el desarrollo de los adipocitos que serán los que mantendrán durante toda la vida.
Y existe una relación directa entre los alimentos que ingiere y la actividad física.
Por lo tanto y sin lugar a dudas es prioritario favorecer el acceso a dietas más saludables y la promoción de estilos de vida más activos y menos sedentarios, tanto en el entorno familiar como en el escolar, desde edades tempranas.
¿Existen iniciativas para mejorar esto?
El otro día repasando el curso que imparto de alimentación infantil encuentro pocas diferencias en las innovaciones realizadas de hace unos años a ahora sobre alimentos infantiles.
Se puede ver los monitoreos y los datos en todas partes, está el estudio Aladino, la estrategia Naos, la regulación PAOS y el observatorio de obesidad.
Se ven anuncios del gobierno sobre la nueva ley que se quiere imponer a la publicidad de ciertos alimentos infantiles y las líneas de actuación para mejorar la alimentación de los niños españoles, pero no funciona.
España sigue siendo una de los países con más sobrepeso infantil.
La ley que regula en nuestro país los alimentos infantiles es una ley antigua y obsoleta que no tiene datos actualizados y que no aplica las necesidades estudiadas en todos los foros.
Además, la industria no ha reaccionado, aparecen algunos cambios pero seguimos viendo la tendencia a formular con alto contenido en azúcar, sal y grasas saturadas en salsas, precocinados, pizzas, charcutería, bollería, cereales, postres, yogures, …
La OMS recomienda reducir la ingesta de azúcares a <10% de la ingesta calórica total (mejor a un 5% de la ingesta calórica total). Equivale a unos 25 gramos de azúcares añadidos al día y los niños toman de media unos 95 gramos/día.
También recomienda la OMS que no debemos tomar más de 5 gramos de sal y los aperitivos salados de niños tienen niveles superiores a las de los adultos.
Muchas veces el problema se complica porque no es un solo producto sino es la combinación de varios productos los que nos hacen acabar dándole a nuestro hijo una cantidad innecesaria de azúcar, grasa o sal.
Hasta el 2020 se estuvo realizando un plan de actuación en diferentes países con el objetivo de mejorar y reducir los contenidos en estos 3 nutrientes. Los objetivos del Plan incluían:
1- Reducir los azúcares añadidos en un 10 % de la mediana de referencia contenido para 2020 en todas las categorías de productos consumido por niños y jóvenes.
2- Seguir reduciendo la sal, las grasas saturadas y los ácidos grasos saturados en productos según la reformulación de la UE marcos y acuerdos previos con la industria alimentaria española.
3-Asegurar que el contenido energético de los reformulados los productos no sube.
4- Aumentar el uso de productos reformulados y la oferta de menús más saludables en restauración, catering y sectores de venta.
5-Promover la investigación y el desarrollo en productos que pueden formar parte de una dieta más sana, mejorando el conocimiento científico y el seguimiento, y ampliar estos en toda Europa, dado el comercio transfronterizo de productos.
6- Tener un impacto sanitario y social positivo en la “cesta de la compra” familiar para promover productos de alta calidad dietas
Ayer fui a un supermercado y repasé los productos para niños comprobando que el 90% de los lineales de alimentación infantil están sobrepasados de azúcar, sal y grasas saturadas.
A través de la agenda 2030 se trabaja a través del ODS 2 a poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición.
Las metas de este objetivo atienden en primer lugar a la mejora de la alimentación a través del acceso de todas las personas a una alimentación sana, nutritiva y suficiente y la erradicación de todas las formas de malnutrición, y se ocupan también de la producción de alimentos, la agricultura y en general el sistema alimentario.
Asimismo, aquellas situaciones en las que los problemas alimentarios tienen que ver con hábitos de vida no saludables se ven complementadas con el ODS 12, Producción y Consumo Responsables, en el campo de la reducción del desperdicio alimentario y con las metas ODS 4 Educación de Calidad, en el sistema educativo, uno de los ámbitos más importantes para resolver problemas de malnutrición en la infancia y para educar en los modos de alimentación saludable.
María J. Herrero